Tomar un vial al día, directamente o diluido en un vaso de agua o zumo de frutas.

No utilizar como sustituto de una dieta variada y equilibrada. Un consumo excesivo puede producir efectos laxantes. No superar la dosis recomendada. No utilizar en personas con hipersensibilidad o alergia a alguno de sus ingredientes.

El rábano negro (Raphanus sativus L. var. nigra) es una planta que contiene una esencia saturada rica en una serie de compuestos denominados glucosinolatos, entre los que se encuentran la glucobrasscina (3-indolilmetilglucosinolato), el sulforafano y los isotiocianatos de alilo. También tiene antocianósidos, vitaminas y sales minerales. Todos estos principios activos ayudan a la protección del hígado, ya que por su efecto colagogo y colerético favorece la síntesis de la bilis en el hígado y la posterior descarga de sales biliares en el intestino.

Las semillas de cardo mariano (Silybum  marianum (L.) Gaertner) ejercen un efecto protector hepático. Son antioxidantes (flavolignanos, silimarina y silibina), ya que atrapan los radicales libres y frenan su producción ayudando a proteger las membranas de las células hepáticas y previniendo el envejecimiento celular prematuro. Las semillas de cardo mariano han demostrado tener acción colerética, colagoga, diurética, hipertensiva leve y antialérgica, entre otras.

Las hojas de alcachofa (Cynara scolymus L.) tienen múltiples efectos beneficiosos, aunque solo exponemos algunos. Presenta actividad colerética y colagoga (derivados del ácido cafeico: principalmente, cinarina, y ácido clorogénico, principios amargos) pero también ayudan a evitar el estancamiento de la bilis en la vesícula y su precipitación al impedir la acción de la enzima β-glucuronidasa que desconjuga la bilirrubina directa o conjugada y es soluble en bilirrubina no conjugada e insoluble. También presenta una actividad hepatoprotectora (ácidos fenólicos, principios amargos) y ayuda a reducir los niveles de colesterol y lípidos y aumentar la excreción biliar de colesterol y la transformación de este en ácidos biliares (ácidos fenólicos, principios amargos, fitoesteroles).

La lecitina de soja es una sustancia de origen lipídico compuesta principalmente por fosfolípidos, que son el tipo de lípidos que se encuentran en todas las membranas celulares. La fosfatidilcolina es uno de los principales fosfolípidos y, como componente principal de la bilis, participa de manera activa en la absorción y el metabolismo de las grasas. Tiene la capacidad de emulsionar las grasas y solubilizar el colesterol, favoreciendo su transporte por las arterias, desde el hígado hasta las células, estimulando así la capacidad del organismo para deshacerse de ellas. Todo ello se traduce en una acción beneficiosa en el colesterol LDL, ayudando a proteger el corazón y también las arterias. Al mejorar el metabolismo de las grasas saturadas en el hígado, la lecitina de soja también asegura el buen funcionamiento del hígado. Además, es esencial para el buen funcionamiento y la estructura del tejido nervioso (la lecitina de soja participa en la producción del neurotransmisor acetilcolina). También ayuda a la absorción de vitaminas liposolubles (A, D, E, K) y de lípidos. Contribuye a la salud de la piel, manteniéndola elástica e hidratada.

Otros ingredientes

Glicerina, agua, lecitina de soja, ácido cítrico, maltodextrina, dióxido de silicio, aroma artificial de limón.